Las brujas se transformaban en cuervos o en serpientes, y les gustaba chupar la leche del ganado y de las nodrizas de les Planes. Pero también había alguna mujer del pueblo que era experta en descubrirlas y hacerlas marchar con un bastón si se rezaba con fe.

Entre los brujos, el caso más recordado es el de Pere Torrent, alias Cufí, un caso real y documentado por la inquisición, quien en 1619 fue denunciado por brujería. Este hombre vivía en les Encies y se relata que vendió su alma al diablo por un dolor de muelas. Bajo tortura confesó tener relaciones con brujas y demonios, y aunque su hermano imploró que le perdonaran por ser un “enfermo de sensatez escasa”, en noviembre del mismo año fue muerto a la horca por la Santa Inquisición.

A través deeste mapapodrá conocer la cacería de brujas en este período.